Las vacaciones rurales con niños en Andalucía nunca decepcionan y se trata de experiencias enriquecedoras tanto para los padres como para los más pequeños de la casa. Poder alojarse en un entorno tan maravilloso como el de Montejaque es algo que hará que los niños descubran de primera mano las ventajas de disfrutar de un lugar alejado de las grandes ciudades y del estrés de su día a día. Esta puede tratarse de la primera toma de contacto que tengan los niños con un lugar rural, la primera vez en la que vean algo que hasta ahora solo conocen por cine y televisión. Por ello disfrutarán de unos días inolvidables y aprenderán a conectar con la naturaleza.

Además de conocer el entorno rural, los niños y sus padres podrán visitar cuevas, hacer senderismo, ir a pueblos cercanos, como Ronda, y deleitarse con una red de miradores. Tampoco habrá que perderse los paseos a caballo o la posibilidad de ir a observatorios astronómicos en los que tener un contacto con las estrellas y aprender sobre lo que hay en el cielo más allá de nuestro alcance.

Las actividades aire libre en Málaga están a la orden del día, pero no tenemos que creer que consisten únicamente en practicar algunos de los deportes de aventura de los que hemos hablado antes. En realidad, el entorno natural que nos proporciona el entorno de Montejaque, envidiable por lo tranquilo y agradable que resulta, es perfecto para que simplemente salgamos al exterior con la intención de desconectar. Lo podemos hacer caminando, haciendo un senderismo de nivel bajo a través de las rutas establecidas, o corriendo y poniendo a prueba nuestra resistencia mientras disfrutamos de algunos de los mejores paisajes del país. Mientras estamos en el exterior podemos deleitarnos con los pájaros o buscar piedras y descubrir un lugar rural que esconde muchos secretos y que se ocupa de mantenernos ilusionados sin descanso.

Málaga tiene tantas propuestas en sus alrededores que vamos a necesitar mucho tiempo o varias vacaciones para verlo todo. La ciudad es fantástica, convirtiéndose en la representación perfecta de la esencia española y andaluza que tanto gusta por arquitectura, tradición y también por el calor de las gentes. Si queremos bañarnos hay playas que no nos podemos perder, como las de San Julián, Guadalmar o la Malagueta. Y las sierras son una forma ideal de respirar aire puro y de conectar con un estilo de vida que a veces en la ciudad olvidamos.